5-2. Italia respira gracias a Chiesa

En el día señalado, ante una Macedonia del Norte que traía los peores recuerdos y que sembró el terror en la segunda mitad con dos tantos en jugadas aisladas, fue el liderazgo de Federico Chiesa el que, con dos tantos en la primera mitad, acercó a Italia (5-2) a la próxima Eurocopa 2024 de Alemania, para la que ahora solo necesita un punto ante Ucrania.

Italia respiró en el Olímpico de Roma durante la primera mitad. Suspiró aliviada al ver una versión mejorada de su selección en uno de los dos momentos decisivos que le quedaban por vivir. Se animó al ver la versión de un Chiesa que se echó a las espaldas el ataque ‘azzurro’, que recordó a aquella versión que asombró en la pasada Eurocopa que acabó en poder italiano. Pero transitó de nuevo en la preocupación, viendo a un equipo al que casi cualquier ataque le hace daño.

El jugador del Juventus fue un dolor para una Macedonia del Norte que, si bien dejó fuera del Mundial de Qatar a los transalpinos, no fue rival para los que ahora dirige Luciano Spalletti, arquitecto del Nápoles ganador del ‘Scudetto’ el año pasado. Fue vertical, encaró, apareció por dentro e hizo goles. Un completo que animó a la grada.

Empezó muy potente Italia con un gol anulado a Giacomo Raspadori por un fuera de juego que apagó la explosión en el estadio romano. Estaba mejor la selección local, sin conceder nada y atosigando a la visitante, pero faltaba el gol para empezar a ver la luz al final del túnel.

No tardó en llegar, en el minuto 17, el cabezazo de Matteo Darmian para desbloquear el encuentro. El defensa del Inter remató a placer el centro de Raspadori, libre de marca, y celebró su segundo gol con la camiseta de la absoluta italiana. Siguió presionando Italia, siguió Chiesa tirando desmarques, desbloqueando la salida de balón y generando peligro.

Italia estaba cómoda, pero el resultado no era amplio. Llegó la oportunidad perfecta desde los onces metros, pero Jorginho erró en su especialidad. Volvieron a aparecerse los fantasmas pese al dominio absoluto y abrasador de una selección que se ha perdido los dos últimos mundiales, que teme quedarse fuera de otro gran torneo para hundirse más todavía en un crisis en la que la conquista de la Eurocopa fue un éxito asilado.

Pero empezó entonces el show de Chiesa. Apenas segundos después del error de Jorginho, Chiesa cazó un balón suelto en la frontal y se atrevió por tercera vez en la primera mitad con un intento lejano que esta vez superó a Dimitrievski.

Y casi sin tiempo para celebrar, llegó el segundo. Una carrera desde el centro del campo, que confirmó que está recuperado de su rodilla, y otro disparo lejano, escorado, esta vez favorecido por el toque en un defensor, pusieron el 3-0 en el marcador y la sonrisa en la grada, sabedora de que la primera prueba estaba superada al descansa y que dos resultados de tres posibles ante Ucrania les metían en la Euro.

Pero todavía tuvo que Italia para cerrar la noche. Un centro lateral potente de Alioski y el despiste general de la zaga italiana permitieron el remate de Atanasov en el minuto 51, en el primer tiro a puerta de lo macedonios. Y un disparo lejano que desvió Acerbi acabó en el fondo de la red para poner el 3-2 en el 74. El agobio volvió al Olímpico. Dos tiros a puerta, dos goles.

Las piernas de los jugadores empezaron a temblar por varios minutos. Exactamente los que tardó Raspadori en cerrar el asunto, en poner punto y final a una noche que empezó de cuento y que estuvo cerca de terminar en forma de pesadilla. Recibió el balón de Barella dentro del área y cruzó para poner el 4-2 definitivo. El Shaarawy culminó la goleada en el descuento.

Italia superó la prueba, pero no convenció al 100%. Chiesa fue el mejor. Ante Ucrania, el empate y la victoria sellan el pasaporte a Alemania.